lunes, 10 de octubre de 2011

LOS INFECTADOS_CAPITULO 6

¡ cuidado Tosso!-

El grito le hizo ver la gravedad de la situación y lo que se le caía encima si no seguía corriendo con todas sus fuerzas.

-No puedo de veras Diogo-

-Corre joder…no puedes dejarte pillar-

Tosso miró hacía atrás.

Unos treinta infectados al menos corrían enfurecidos detrás de ellos para saciar su sed de carne.
Había infectados que no daban ni dos pasos bien….pero otros, como si estuvieran poseídos por una fuerza sobrehumana, emanaban una ira la cual les hacía ser rapidos y letales.

-Venga..tio…vamos que se nos echan encima. Estamos cerca de esa gasolinera…pillaremos cobertura ahí-

-Diogo, los tengo encima, echame una mano o algo-

Un infectado, de al menos 1.80m de estatura, con un traje rasgado y lleno de polvo, era el mas cercano a Tosso. Tenía los ojos enrojecidos y su rabía para atraparle aumentaba conforme veía que su distancia disminuía.

Le tenía a menos de un metro cuando un desnivel en el asfalto le hizo caer al suelo.
Tosso siguió corriendo hasta llegar a la gasolinera sin saber que éste ya no le perseguía.

-Corre tio…corre-  Diogo le esperaba ya en la puerta de la tienda de la gasolinera mientras tenía en otro lado un pequeño madero para atrancar la puerta y mantener a los infectados ocupados mientras veían alguna salida de emergencia.

Al momento, habiendo atrancado la puerta, observaron rapidamente el interior de la gasolinera.

Estanterias caídas, ningún alimento y lo que había de peluches, revistas, etc… no estaba ya apto para lo que antes valían. Sencillamente, había sido ya saqueada.
Tosso y Diogo observaron entonces los golpes fuertes de los infectados en las puertas y cristaleras del escaparate. ¿Cuánto aguantaría al asedío?

-Vamos Diogo, echa un vistazo a esa puerta mientras miro yo los servicios. Tenemos que ver algún sitio para salir de aquí rápidamente. No me gustaría acabar en manos de esos podridos en esta maldita gasolinera.

-ok, tio. Ya sabes, si hay algo que necesites, pega un silbido o grito.-

Diogo fue con cuidado y abrío por completo la puerta entreabierta , la cual imaginaban que sería la zona de personal, almacén de la tienda y posible salida de emergencia.
Todo estaba oscuro. Hacía tiempo que nadíe pasaba a esa habitación y por el olor a humedad y cerrado que había todo indicaba que no encontraría muchas salidas.
Fue tocando por las paredes y con la poca luz que penetraba por haber abierto la puerta, observaba con cuidado si había algún infectado.

De pronto, un golpe fuerte, provocado por los infectados que había en la puerta y que empezaban a golpear con más furia el escaparate de cristal , le alertó. No podía seguir yendo tan despacio. De golpe, topó con una escalera vertical que subía a la azotea.

-Tosso ven para acá- Pero Tosso no respondía

-¿Tosso?- Diogo se alarmó de pronto.

- Si…ya estoy. No he encontrado salida cerca de los servicios y la única ventanita tiene unos barrotes tremendos.

-He encontrado una escalera vertical. Puede que nos….-

Un sonido extridente hizo ponerles en jaque.

-aggggghhhhhh-

Acababan de entrar los infectados a la gasolinera e iban directos a donde estaban ellos.

-Sube Diogo….sube…no hay tiempo para pensar en nada-

No faltó mucho para que atrapasen casi el tobillo de Tosso antes de que subieran y atrancasen la escotilla que daba a la azotea.

Estaban en un momento crítico…miles de infectados rodeando la gasolinera y ellos sin poder bajar. Sabían que tarde o temprano, si no se dispersaban los infectados, empezarían a necesitar alimentarse y lo más fundamental, desidratarse.


Era primavera y ya empezaba a salir el sol, por lo en torno al mediodía , la presencia del sol hacía que los atuendos que llevaban Alex y Nico empezaran a hacerse notar.

Hacía unos días que habían dejado la zona segura de El Escorial, justo la noche en que cayó.
Un accidente grave  en el túnel de Guadarrama provocó que se desatase una oleada fuerte de infectados. Esta oleada se convirtió en masa conforme pasaban por los pequeños reductos de la sierra.

Todo fue tan rapido que cuando se quisieron dar cuenta, la infección había llegado dentro de la zona.

Alex y Nico, los  cuales habían sido destinados a esa zona después de lo ocurrido con sus amigos en el airsoft, tuvieron suerte y pudieron escapar. Desde entonces, escaparon al sur de la comunidad de Madrid, orientados por rumores que iban escuchando poco a poco de que los infectados eran menores allí y que desde allí se mandaban trenes con viajeros hacía Valencia o Lisboa, donde se decía que salían barcos hacia islas donde los infectados no existían.

Les acompaban en su viaje dos rifles de gran alcance que pudieron llevarse durante la caída de la zona segura de El Escorial.

-Alex tio..¿tu crees que son ciertas las historias que cuentan sobre Valencia y Lisboa?-

-No sé…en algo hay que creer. Puede que si o puede que no..pero si no lo intentamos, no tenemos esperanza alguna.

-el caso es que si se escuchan esos rumores, habrá mucha gente que como tu y como yo querrán..-

Alex le interrumpió el paso de Nico con el brazo.

-Mira la que se ha formado en torno a esa gasolinera…y creo que la causa es por esos dos tipos que hay en la azotea del local. Creo que están en un grave aprieto-

-tio…dejales y que se las apañen- le cortó rápidamente Nico mientras echaba una mirada profunda hacía los dos desconocidos. - Creo que son gente muerta…. Además que a nosotros no nos ayudaba nadie cuando nos cruzábamos con ellos. Incluso en una ocasión recuerdo cuando tu….¿Alex?-

Alex no estaba ya a su lado y había cogido posición para pegar un disparo.

Su intención no fue más simple. Pegó un tiro en un motor de un coche cercano a la gasolinera. La explosión fue tal que llamó la atención a muchos infectados, los cuales despejaron una parte de la gasolinera.

El segundo tiro fue un pelín mas lejano, en casi la misma dirección, para seguir despejando la gasolinera.

En  disparos, los desconocidos pudieron deslizarse por un borde y escapar hacía ellos.

A partir de ahí se formó el grupo de cuatro.