jueves, 15 de septiembre de 2011

LOS INFECTADOS_CAPITULO 4


-El jurado ha decidido que el acusado es inocente-
Un golpe de martillo de madera se oyó en la sala mientras Alex y su cliente se estrechaban la mano.

-Otro caso ganado, Alex- le felicitó su secretaría que le había acompañado al juicio

-Lo sé, Silvia…lo sé.-

Alejandro, o como le gustaba que le llamasen sus amigos “Alex” era un reputado abogado de Madrid. 

Los demás abogados al principio le respetaban, ayudándole y acogiéndole en grandes bufetes como becario. Pero pronto despuntó y cuando se vio que todo juicio que tocaba, ganaba, los demás abogados empezaron a envidiarle y ponerle trabas. No era normal que un abogado, con tampocos años en el sector, se fuera haciendo con una cartera de clientes tan grande. Así fue como Alex, decidió hacer su bufete por su cuenta y seguir creciendo profesionalmente.

En lo referente a su vida personal, Alex tenía muchos amigos y amigas, y como consecuencia, una agenda apretada, por lo que su estrés crecía con rapidez. Para combatir dicho estrés, se buscó un hobby que le relajase: El airsoft

Los sábados y algún domingo, junto a otros conocidos, Alex se reunía en alguna finca, pueblo de la sierra  o algún edifico abandonado para hacer batallitas Disfrutaba, muchísimo y obtenía lo que quería: Relajarse.

Cuando todo el caos ocurrió, le pilló a Alex con sus amigos fuera de la capital. Ese fin de semana su club de amigos y él fueron invitados a una batalla en una finca cerca del Escorial contra otro club de airsoft. Al estar aislada la finca, no se enteraron al principio de lo que ocurría.
Estaban en plena batalla cuando tomaron por primera vez contacto con los infectados.

-Águila verde, ¿me recibes? cambio- Alex despegó su walkie de su boca mientras seguía apostado con su traje de camuflaje y su rifle de gran alcance en unos matorrales

-Águila verde….esto Ronie, ¿estas?, cambio-  desesperado habló

-Si, dime Alex, cambio.-

-¿no quedamos en que nos íbamos a llamar por el seudónimo y no por nuestros nombres? Llevo llamándote un buen rato. Lo suficiente para que mientras estuviera con el walkie-talkie me hubieran pegado un bolazo y me hubieran eliminado. Bueno…a lo que íbamos. Estamos en el borde de la finca y sigo sin ver a los del otro equipo, cambio-

-Lo siento Alex, digo lagarto rojo. Es que eso de nombrecitos no me mola nada…en fin…Son buenos de verdad estos tíos. Ya me lo dijeron a mí unos de la tienda... esto espera, veo a alguien que se acerca a mi posición. El muy tonto no se da cuenta que como siga andando así sin cobertura y entre en tu zona le vas a dar un bolazo tremendo. Voy a seguirle para ver si le puedo coger de prisionero. Te cuento ahora, cambio.-

-Ten cuidado, puede que sea un señuelo para que sepan tu posición y posteriormente la mía.-

Alex se quedó esperando una respuesta mientras observaba todo su alrededor. Quedaban ya ellos dos de su grupo y si les eliminaban perderían su reputación que les precedía de ser el único club invicto de la comunidad de Madrid. Más de 42 victorias seguidas y podrían romper el record contra este club, también famoso por sus estrategias de juego.

Al cabo de unos minutos volvió a escuchar la voz de Ronie.

-Alex, es muy tonto este tío…no se si se trata de un señuelo pero sigue acercándose hacia mi posición, como si supiera donde estoy y he observado los demás lugares con los prismáticos y no veo ningún enemigo apostado esperando a que salga…creo que voy a salir y voy a ir por detrás de este para tomarle de prisionero. Cambio y corto-

-Espera….deja que se acerque mas a tu lado, ronie, digo águila verde- hablo rápidamente Alex, pese a saber que Ronie ni habría escuchado esto último.
Pasaron casi diez minutos. Alex sabía que algo había pasado pero le daba miedo hablar por walkie ya que podría delatar su posición. Ronie podría haber sido capturado y ahora mismo solo él quedaría….pero no podía salir de su cobertura. De pronto, por el pequeño montículo que tenía apuntando por si aparecía cualquier enemigo, observó a Ronie aparecer.
Corría hacia donde estaba apostado el y por como andaba, le había ocurrido algo.

-Alex, socorro, Alex-

Alex dudo si salir o no, pero luego, al ver que Ronie caía al suelo como si le hubieran hecho la zancadilla y no levantarse, salió y dejó todo su material.

-Ronie, ¿Qué ocurre? - Se acercó gritando hacia su amigo, que seguía en el suelo y moviéndose como con espasmos.

-¿Ronie?- Cuando se acercó, Ronie se agarraba el cuello del que emanaba un montón de sangre.

-AAAAlex, por favoooor, ayudam…- su voz se apagó de golpe mientras ponía los ojos en blanco

-DIOS MIO, RONIE, ¡JODER!- Gritó Alex mientras le intentaba tapar la gran herida que observaba que tenía en el cuello.

-JODER, DIME QUE TE HA PASADO, SOCORRO, SOCORRO- su desesperación y sus gritos eran en vano, ya que nadie acudía a su socorro.
De golpe y porrazo, algo le sobresaltó.

-aaaagghhhhhh- un sonido seco como si alguien estuviese ahogándose sonó detrás de él. Giró y vio a uno de los del club enemigo con la boca llena de sangre y las manos. Su cara blanca y sus ojos, como si fueran a salirse de sus orbitas, hicieron estremecerse a Alex, pero rápidamente por la rabia de tener a Ronie muerto en sus brazos, fue para abalanzarse hacía él.

-Hijo de...que has hecho a mi amigo. Esto es una mierda de juego no el puto Vietnam- le empujó con tal fuerza que cayó hacia el suelo y se golpeó fuertemente con una piedra.
Pero aquel ser, no parecía ni inmutarse. No le dolió ni el puñetazo recibido por parte de Alex cuando se incorporó de nuevo. Solo quería atrapar a Alex y morderle.
Alex, cogió una de las navajas suizas que tenía para cortar algún arbusto y le amenazó con rajarle si no le decía que había pasado cuando se le abalanzó con rapidez. Sin querer su navaja se le clavó en el estomago. Cuando observó Alex que aquella persona no reaccionaba al dolor se dio cuenta que algo malo ocurría.
Rápidamente y con un golpe seco, se quitó del medio a ese ser y huyó hacía la casa en la que todos deberían estar.
No podía aguantar y mientras corría lloraba aún recordando la última imagen de su amigo pidiéndole a gritos ayuda. Se murió en sus brazos y no había podido hacer nada por evitarlo.
Cuando llegó a la casa, lo que encontró fue peor.
Toda la casa, estaba llena de sus compañeros y de los demás chicos del otro club de airsoft, pero se comportaban igual que el chico que le había intentado agredir y había clavado la navaja suiza en su estómago.
Visto el tema, no tuvo más remedio que salir y huir hacia el pueblo más cercano para denunciar el suceso.

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